Foto por Madison Oren
… y esto de que es un secreto no es “clickbait”.
En muchos contextos laborales, el trabajar de forma autónoma, o dicho de otra manera, sacarte las castañas del fuego sol+, es lo que se suele admirar.
Y por eso el mito del intelectual que se concentra y produce ideas y texto en aislamiento sigue en pie, aunque haya incluso muchos estudios que muestren que esto no es verdad.
Y al mismo tiempo, lo que hace que podamos escribir mucho y disfrutando es compartir el proceso.
En Mind Academia, he tenido el privilegio de trabajar estrechamente con investigador+s, académic+s y profesionales creativ+s. A través de esta experiencia, he comprendido los desafíos que enfrentan aquell+s que desarrollan proyectos y habilidades de forma autónoma, y a veces también solitaria o en aislamiento.
La realidad es que much+s de nosotr+s no contamos con espacios de trabajo convencionales. Es común encontrarnos trabajando en cafeterías, bibliotecas o espacios de co-trabajo, donde la verdadera colaboración y el intercambio profundo pueden ser difíciles de conseguir.
Trabajar de esta manera, cada un+ por su cuenta, puede traer consecuencias como sensaciones de aislamiento, dificultad para establecer límites entre el trabajo y la vida personal, una tendencia a creer que debemos resolver todos los retos por nuestra propia cuenta, y una percepción distorsionada del tiempo y en consecuencia, problemas para gestionar el tiempo.
Es aquí donde las comunidades de práctica, y en este caso, las de escritura, se vuelven relevantes. En Mind Academia, ofrecemos dos modalidades: grupos estables que se reúnen semanalmente para planificar, aclarar y escribir junt+s, y una comunidad más amplia donde las personas establecen relaciones más voluntarias y basadas en afinidades y horarios compartidos.
Formar parte de una comunidad de práctica trae un montón de beneficios transformadores:
- Te da un punto de apoyo cuando te sientes bloquead+ o estancad+.
- Te expone a diversas formas de abordar y solucionar retos, ampliando tus perspectivas.
- Saca a la luz tus “vergüenzas” al darte cuenta de que son más comunes de lo que creías, normalizándolas.
- Te hace consciente de las causas estructurales detrás de tus dificultades (y evitar estar continuamente patologizando lo que pasa porque crees que algo está mal en ti).
- Desmitifica el proceso creativo o académico que tanto admiras en otras personas.
- Te permite reírte de situaciones que antes te parecerían graves o insuperables.
- Te inspira al ver a otr+s superar obstáculos similares a los tuyos.
- Te hace más productiv+ y concentrad+, no para machacarte trabajando más allá de unos límites sanos, sino para sentir que logras lo que te propones y avanzas en una buena dirección.
Te dejo abajo un video con una invitación muy concreta.