Foto por Ben White

Cuando alguien se pone en contacto conmigo por primera vez suele ser, básicamente, porque no ve por dónde comenzar a hacer realidad un manuscrito a partir de investigación (tesis, artículos, etc.), y esto suele ir de la mano con un enredo importante.

Igual esto es obvio para ti.

Pero yendo un poco más profundo, es muy frecuente que el motivo del enredo tenga que ver con que el proyecto se ha ido volviendo más y más complejo y fragmentado, lo que hace que se pierda el control de para dónde iba.

Se trata de proyectos que se han vuelto inmanejables, y sin un registro de las múltiples maneras en las que el proyecto se ha ido transformando y ramificando. A esto se le añade la falta de perspectiva y distancia que se es capaz de tomar, sol+s, o con ayuda, de los detalles de toda esa información que hemos ido recopilando.  

Viridiana (nombre ficticio, persona real), es una investigadora pre-doctoral con la que estoy trabajando. Ella se puso en contacto conmigo hace 3 meses contándome que llevaba 4 años matriculada en su doctorado, avanzando en su proyecto que tiene que ver con aproximaciones novedosas a la salud en entornos clínicos. 

Ya había un trabajo de campo, e incluso un análisis del material, sobre todo entrevistas, en un programa de codificación tipo CAQDAS (sigla en inglés de “Computer Aided Qualitative Data AnalysiS”). Su análisis implicaba muchos códigos, incluso, muchos más de los que podía manejar. Aunque trabajaba y trabajaba a consciencia, había dejado de tener avances visibles hacía meses. No sabía qué hacer con toda esa información que había acumulado, y había, con toda franqueza, perdido el rumbo. 

Cuando comenzamos a hablar de su investigación, comencé a reconocer algo muy frecuente: que varias partes del trabajo que había desarrollado estaban fragmentadas, y cada una iba en una dirección. La revisión de la literatura seguía caminos de indagación múltiples, conectados con campos de estudio con su propia agenda y debates. 

Las entrevistas para su trabajo de campo se habían hecho con una idea general, pero no en conexión directa con el objetivo inicialmente tuvo su investigación (esto, de hecho, pasa más seguido de lo que imaginamos, y esto es la investigación real, alejada de lo “ideal”). Y el análisis de todo este material, como te puedes imaginar, estaba cubriendo varios frentes a la vez. 

A esto se la añadía que al tener dos directoras de tesis de dos campos distintos, cada una con sus propias líneas y estilos de trabajo, no estaban confluyendo hacia un proyecto de investigación con una visión unificada. 

En términos muy concretos y cuasi-técnicos de la investigación, esta fragmentación de líneas de indagación se traducía en que la pregunta de investigación que algún día dio el pistoletazo de partida a la investigación se había convertido en otra cosa, y ahora había más de una pregunta. 

La pregunta de investigación/objetivo/hipótesis que te estés planteando, si quiera inconscientemente, tiene consecuencias en todo el proceso de investigación, en todo eso que pasa antes de que podamos comenzar a escribir algunas líneas sobre lo que estamos haciendo. 

Y una pregunta poco clara o “ramificada”, tuvo varias consecuencias en el caso de Viridiana. 

En la revisión de la literatura que llevó a Viridiana a aprender mucho sobre varios campos, pero poco a avanzar en su propia investigación. También tiene consecuencias en el tipo de información que recolectó en su trabajo de campo, en el que no tuvo el poder de tomar todas las decisiones. También en su mirada al analizar las entrevistas de esa exploración, demasiado abierta. 

Tengo que decir que esta fragmentación también afecta nuestro proceso de escritura, es decir, lo que en términos simplificados viene “después” de esa etapa en la que ocurre el grueso de la investigación. Afecta en concreto que seamos capaces de posicionarnos en los debates que haya en el campo en el que inscribimos nuestra investigación, es decir, que podamos aclarar desde dónde hablamos. Además afecta cuál es nuestro argumento, y hacia qué “lugar” queremos llevar a nuestra audiencia.  Pero este punto merece una reflexión para ella sola, dada la importancia y multi-dimensionalidad que tiene. 

En el video de hoy me voy a centrar sobre todo en las barreras en la etapa de la pre-escritura que tienen muy frecuentemente l+s investigador+s  que entran en contacto conmigo, y que hacen que aunque trabajemos duro y a consciencia, no avancemos visible y sustancialmente. 

Estas barreras son: 

  1. Que no actualices tu objetivo o pregunta de investigación (¡hola valentía para enfrentar algunas ansiedades!). 
  2. La procrastinación “loable” (leer y analizar es un escondite cómodo, pero es un escondite al fin y al cabo, la comodidad acaba). 
  3. Esperar saltarte la fase de borrador “malo” que todo manuscrito atraviesa y escribir bien directamente (¡hola perfeccionismo y expectativas basadas en la imaginación!). 
  4. Esperar demasiado tiempo a salir de tu cabeza y hablar con alguien que te ayude a tomar perspectiva (una vez más: ¡superemos el mito del intelectual en la caverna!). 

Si quieres saber más sobre a qué me refiero, y sobre todo, qué puedes hacer al respecto (te propongo 4 vías de acción), no te pierdas el video de abajo