Foto por Kate Joie.

Este post podría llamarse: ¿Cómo meter el mar en una botella?

Es obvio que gran parte del trabajo que hacemos como investgador+s es leer.

Pero también es uno de los grandes retos, por las vías infinitas de reflexión que nos abre, porque es fácil perder el rumbo, porque nos lo podemos pasar tan bien haciéndolo y porque la escritura nos da aprehensión. Esto significa que podríamos estar años leyendo sin escribir ni una sola línea, y con el agobio de sentir que deberíamos estar reteniendo en nuestra cabeza toda esa información que hemos ido generando. Una memoria de genio de película, pues.

Hay 3 cosas con las que puedes experimentar para hacer tu revisión de la literatura, y evitar enredarte hasta el infinito en la ingente cantidad de información que has ido recopilando. También es importante que sepas qué tipo de literatura leerás y para qué te servirá en tu investigación (y en las diferentes partes del texto que estés escribiendo).

De verdad espero que esta información te llegue antes de que hayas comenzado a recopilar más información de la que puedes manejar manualmente.

No sabes la cantidad de personas en mi doctorado y en mi práctica ahora como mentora de escritura académica que han perdido tiempo precioso y se han sentido totalmente perdidas en parte por no saber qué hacer con las notas de lectura que han tomado a lo largo de las semanas, meses, y años. 

Te cuento en concreto qué puedes hacer para que tu revisión que vaya al grano (aunque estés en una fase más exploratoria), los tipos de literatura que puedes revisar, y para qué la estarás utilizando en concreto.

Una misma acción (leer), diferentes funciones. 

Te dejo con el video: