Foto por Siora Photography
Durante los primeros minutos de los grupos de escritura que facilito semana a semana, solemos hacer lo que llamo un “check-in”, en el que hablamos brevemente sobre cómo estamos en general y con respecto al trabajo.
Para Irene (nombre ficticio, persona real), una doctoranda que venía a un grupo de escritura semanal facilitado por mí, las ganas que tenía de invertirle su tiempo y atención a la tesis iba variando semana a semana.
“Esta semana fue buena, porque vi claro cómo hacer el análisis de mis entrevistas”, o “logré conectar mis preguntas de investigación con el marco teórico”, contaba algunas semanas. Pero había de repente otras, donde algo dejaba de fluir como antes, y sus ganas de trabajar desaparecían de repente. Esto solía coincidir con que se encontraba con un nuevo reto que no había previsto.
Pasa mucho que haya “semanas muy buenas”, “semanas malas”, y podemos pasar por todos los estados intermedios. Cuando son semanas buenas, l+s participantes del grupo tienen una especie de subidón, que tiene que ver con una entrega hecha y un deadline cumplido, una entrega con buenos comentarios, con la solución a un problema en el proceso de investigación, a una buena tutoría con sus asesor+s de investigación si los tienen.
Hasta ahí, todo bien… ¿pero qué pasa cuando hay semanas donde parece que no avanzamos, parece que nuestras ideas no se entienden, hay un problema de investigación que no logramos solucionar, o cuando estamos cansad+s de empujar en una dirección sin ver los avances?
Estas semanas son complicadas, y la primera reacción que tenemos es la de perder la fuerza o el interés en seguir trabajando.
Irene compartió con el resto de las participantes de su grupo de Conecta y Escribe (asi se llama en grupo de escritura inicial) que habló con su psicóloga del tema de la motivación y cómo se sentía a merced de si esa semana o ese día se sentía motivad+: “¡A la mierda la motivación!, dijo, “con mi terapeuta charlamos de lo cansada que estoy de hacer depender mi trabajo de si tengo ganas de trabajar ese día o no. Hay que trabajar y punto”.
Aunque estoy de acuerdo con que trabajar “a punta” de motivación no es fiable ni sostenible, sí que creo que es importante tener una fuente de fuerza que nos sostenga tanto en los momentos en el que trabajo nos fluye, como cuando no lo hace y nos sentimos de “bajón” o estancad+s.
Por esto, te cuento en el video de esta semana 5 posibles motivos por los cuales puede que tengas problemas de motivación, y una propuesta para que tus ganas de trabajar no dependan de si tienes ganas ese día o no.
¡Hay una alternativa más sólida y estable a la motivación!
REFERENCIAS
Csikszentmihalyi, Mihály (2008). Flow.The Psychology of Optimal Experience. Harper Perennial Modern Classics.Nagoski, Amelia, & Nagoski, Emilia (2019). Burnout: The Secret to Unlocking the Stress Cycle. Ballantine Books, Random House.