Foto por Med Badr Chemmaoui
Sentarse a escribir. Dentro de todo lo que implica la investigación, leer, documentarse, hablar con personas, observar, tomar notas, siento que escribir es el lugar de soledad por excelencia, o al menos así lo imaginamos en nuestra idea romántica de intelectual en la caverna. Si llevas un tiempo aquí, sabes que el núcleo del trabajo que hago en Mind Academia es desmitificar la escritura, y convertirlo en lo que debería ser: un momento de creación colectiva, aunque siempre exista el momento individual de escritura.
Si no escribes en compañías de otras personas, el sentarte a escribir es eso donde no llega nadie más, estás tú con tus pensamientos, pero no sólo con las voces, imágenes, e ideas que te pasen por la cabeza, sino que también estás ahí, con tu cuerpo, y con tus emociones con respecto a escribir y con respecto al trabajo que eres capaz de producir.
Siento que es como un cuerpo a cuerpo. Pero puede ser amable.
Un cuerpo a cuerpo amable
Si desconfías de que te saldrá algo bueno, que te sirva, que puedas usar, o que otras personas encuentren interesante, se puede incluso convertirse en un momento que evites, algo que “algún día harás”. ¿Te identificas? Si es así, ¡te prometo que es muy, muy, pero que muy común! No te puedo hablar hoy de porcentajes, aunque tal vez existan, pero sí te puedo decir que este es uno de los grandes motivos por los cuales las personas vienen a hablar conmigo.
Esta desconfianza en que te saldrá algo “que valga la pena” pueden ser imaginaciones sobre tiempos perdidos mirando por la ventana, y sobre el momento en el que finalmente te llegue la evidencia de que en realidad no tienes nada que decir.
A menos que acabes de aterrizar en un tema de indagación totalmente nuevo para ti, estoy segura de que algo tienes por decir, por madurar primero hacia ti mism+ a través de la escritura.
Es decir, no se trata que de manera artificial fuerces el que una idea esté lista para circular, para ser socializada y mostrada a quien sea tenga como rol guiarte.
Pero si te relajas con la idea de que la buena escritura siempre fue primero mala escritura (el famoso “shitty first draft” de Anne Lamott), tal vez puedas sentarte a escribir (si es que estás más cómod+a sentad+, que por ejemplo, de pie).
En la entrada y video de hoy, te preparamos un material descargable que pretende responder a la pregunta: Si tuviera que comenzar a escribir desde cero, y no tengo ningún tipo de hábito de escribir, ¿por dónde podría comenzar?
Te propongo dos ejercicios, en realidad dos “experimentos”, para que uses como guía una vez hayas sacado el tiempo para escribir, y una vez hayas creado tu espacio seguro para hacerlo, y te quieras lanzar con valentía a probar cosas (mira las entradas anteriores que he escrito al respecto).
¿Y para qué ver el video de esta semana? En el video de esta semana te cuento además sobre un par de autoras que me inspiraron para escribir esta entrada:
- Una profe que viene del mundo del diseño, en el que no suele esperarse que alguien sepa escribir, y
- Una especialista en escritura académica que me ha dado muchas ideas sobre los ejercicios que propongo en mis talleres.
Debajo de la caja del video encuentras también el link al descargable.
Referencia
Lamott, Anne (1994). Bird by Bird. Some Instructions on Writing and Life. Anchor Books.