Foto por Debbie Molle

¿En qué parte del cuerpo sientes la angustia por no hacer lo que supuestamente tendrías que estar haciendo? Yo en el estómago, y a veces en el pecho. Es como una energía ansiosa, leve en mi caso. 

Las consecuencias que tienen el aplazar las cosas que supuestamente debes hacer pueden ir desde el malestar corporal (a veces a fuego bajo, casi imperceptible) hasta consecuencias materiales graves en nuestra vida, como perder oportunidades. Y cada cual tiene su propia historia de amor y odio con esto de procrastinar. 

¿Amor? Sí. Piensa por ejemplo en alguna vez que hayas estado orgullos+ de haber logrado algo que comenzaste a hacer en el último minuto, pensando cosas como “qué creativ+ que soy bajo presión”, o que consigues resultados parecidos si lo comparas con personas que se han esforzado mucho más. 

Y odio, porque cuando consigues algo aunque hayas procrastinado, te puedes quedar con la sensación de “si hubiera tenido 2 horas más, el resultado que obtuve habría sido mucho mejor”, o “me quedaría más tiempo elaborando esto que ya por fin comencé”. 

Y odio, sobre todo, porque esto de aplazar al último minuto no funciona para proyectos complejos, que toman tiempo, que tienen varias etapas, que implican un trabajo cotidiano (o casi). Y porque solemos tomarlo como un defecto de personalidad, y por lo general, lo achacamos a nuestra pereza o falta de valentía. 

Ya he escrito entradas sobre la procrastinación en este blog, porque es un tema que siempre me intrigó, porque yo tuve que aprender a gestionar la mía, y porque es lo que muchas personas que han venido a mis mentorías identifican como una de las barreras más importantes en esto de (no) escribir a partir de investigación. Investigué mucho, probé muchas cosas, y he adaptado lo que sé al caso de muchas personas diferentes. 

Me gustan las enumeraciones de resumen, y te voy a compartir los 7 motivos por los que procrastinamos, y te lo cuento en el video de abajo.

Te comparto además un PDF-guía, donde te propongo una herramienta para que encuentres una alternativa a lo que sea estés haciendo ahora, y que, claramente, no te esté funcionando. 

Si tienes ganas de ahondar en estos temas, te recomiendo el trabajo de Piers Steel, que te referencio abajo. 

Steel, P (2012) Procrastinación – Por qué dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy (1ª Edición) Editorial Debolsillo