Foto por Riccardo Annandale
Me ha pasado incontables veces que para que se entienda lo que hago como mentora de escritura tenga que explicarlo con detalles. No es lo mismo que decir “investigadora académica”, o “médica de familia”. Y creo que tiene que ver con que mi trabajo es tan diferente al apoyo que está disponible en la universidad, que tengo que describirlo con detalles. Y cuando lo hago, no falla que la persona que me oye me cuente su propia experiencia pasándolo mal escribiendo su tesis, o incluso sus trabajos de fin de grado o de máster, o que me cuente de la de alguien cercan+ a el/ell+.
No es muy común que exista una infraestructura específica, por ejemplo en las universidades, para ir más allá de la aproximación tradicional. Con tradicional me refiero al enfoque de forma casi exclusiva en los resultados que se deben obtener, y en la evaluación de estos resultados. Es cierto que hay grupos de investigación específicos en los que se programan seminarios de seguimiento del trabajo, y supervisor+s en campos de las ciencias físicas, químicas, biológicas, matemáticas, y también en ingenierías donde es común que se acompañe el proceso con seminarios, con reuniones de seguimiento (y no sólo de devoluciones a borradores). Pero no es siempre el caso, y no es para nada frecuente en las ciencias sociales.
Por lo general, esta mentalidad enfocada en los resultados y en las evaluaciones está presente en las asignaturas de metodología y de introducción a l+s nuev+s doctorandos. Qué se espera de ti, qué debes entregar, cuándo, los criterios de formato, y los vistos buenos que tendrás que atravesar, cosas de este tipo. Pero… ¿qué hacer para llegar a ese punto? Saber estas cosas es importante, pero si nos quedamos ahí, las personas que no logran cumplir con estos requisitos solas y sin dificultades acaban por pensar que algo no va bien en ellas, cuando lo que necesitan es herramientas y acompañamiento.
En este sentido, el trabajo de mentoría que hago es un complementario a lo que ya existe en todas las universidades, y está conectado con la supervisión holística (“Holistic doctoral supervision”) que comienzan a proponer también grupos internacionales de investigación financiados por la Unión Europea, como por ejemplo la iniciativa LERU (Liga de Universidades de Investigación Europeas). Esta Liga acaba de publicar un informe con este título, en el que concluyen que un/+ doctorand/+ necesita “un pequeño pueblo” de apoyo para cubrir las diferentes necesidades de este trabajo, y confirman que l+s supervisor+s cuentan con recursos (los principales, el tiempo y los conocimientos) para acompañar a sus investigador+s en formación.
La particularidad de mi propuesta es que pone en el centro la diversidad. La diversidad de trayectorias, la diversidad de expresión identitaria (por eso mi uso de “+” para referirme al género de las personas), la diversidad en las formas de trabajar, la diversidad de procesos, la diversidad de experiencias con la universidad como institución.
En el video de esta semana quiero explicarte de qué va el trabajo que hacemos en Mind Academia, que, resumiendo, se enfoca en los procesos y no solo en los resultados. Cuidamos la calidad del trabajo y priorizamos el asegurarnos que lo que hagas esté alineado con lo que se espera de ti en tu institución, pero sin olvidar que lo importante eres tú. Es un trabajo individualizado, centrado en ti, estratégico, flexible, que se hace también en colectivo, y resignificando el trabajo del día a día como un trabajo creativo, con espacio para la experimentación, la curiosidad y el disfrute, y superando la loza que es la sensación de estar siendo evaluad+ constantemente, que tanto bloquea.
¿Y cómo hago todo eso? Pues te lo cuento aquí abajo en el video. No olvides compartirlo si sabes de alguien a quien le vendría bien leer y oir estas cosas hoy.
También te dejo abajo una guía para que veas claramente el antes y el después del trabajo que hacemos en Mind Academia.
¿Te ves reflejad+ en las situaciones que describo?