Foto por Kevin Grieve
El mito del intelectual en la caverna, la individualización de la carrera académica en nuestras universidades neoliberalizadas, la competencia por unos recursos escasos, el miedo a no ser respetadxs si mostramos nuestras debilidades y fragilidades en el medio académico.
Todas estas cosas hacen que tendamos al aislamiento y al trabajo en solitario, aunque formemos parte de una institución u organización, aunque formemos parte de grupos de investigación, y tengamos reuniones de equipo y colaboraciones. La cultura de trabajo que domina en la universidad es la de la competencia y el individualismo, y seguramente has vivido situaciones derivadas de esto.
Es verdad que es común hablar de procesos colaborativos o participativos durante las fases iniciales de la investigación, en el momento de plantear proyectos, o en el momento de hacer trabajo de campo en el caso de las ciencias empíricas.
Pero aun en los grupos de investigación y en las colaboraciones, lo más común es que el momento de la escritura sea solitario. Por lo general, cuando llega el momento de escribir, se suele repartir el trabajo, y cada unx hace su parte y listo. Y en los casos en los que se escribe de forma más entretejida, por lo general median esta competencia y vergüenza a no hacerlo lo suficientemente bien.
La comunidad de práctica como propuesta y necesidad
Hablar de la importancia de la comunidad en el trabajo de escritura, como lo haré en este post, es una propuesta contracultural. No exagero, teniendo en cuenta las prácticas laborales a las que estamos acostumbradxs.
Con comunidad de práctica me refiero a un grupo de personas que se organiza y encuentra para escribir, no necesariamente en proyectos de investigación comunes, pero sí a escribir cadx unx en su proyecto, en un espacio compartido. Actualmente, este es el tipo de comunidad de práctica que es Mind Academia, y tiene tres formatos: los grupos de escritura (Calla y Escribe), los pomodoros (conexiones de trabajo, para leer, escribir, o trabajar el material de campo o datos), y finalmente los sprints (encuentros de escritura no dirigidos).
Yo actúo como mentora y facilitadora en los grupos de Calla y Escribe (grupos de escritura), pero también participo como escritora en los sprints colectivos que hacemos semanalmente, en donde las personas que están avanzadas en el desarrollo de su manuscrito nos reunimos, con un objetivo en mente, a escribir frenética y emocionadamente por una hora.
Una de las cosas más notables de esta comunidad de práctica es que no venimos de las mismas disciplinas, aunque en estos momentos sí hay una clara inclinación hacia las ciencias sociales y humanas, ingeniería de las organizaciones (o “management”), y ciencias jurídicas. Es decir que se puede ser una comunidad de práctica aunque cada persona trabaje en proyectos individuales y desde disciplinas diversas.
Somos un grupo de personas en el que se ha generado un sentimiento de pertenencia, donde hay una preocupación real por el bienestar de las otras personas, donde se comparten objetivos, y donde también se comparte lo que funciona y lo que no funciona en el camino de llegar a estos objetivos, donde hay un repertorio de recursos que también se comparten, donde hay confianza y respeto entre las personas que la componen y crean, donde no se compite sino que se colabora.
Hay muchos tipos de comunidades de práctica, pero en la comunidad de práctica que es Mind Academia, la vulnerabilidad y el no saber cómo hacer ciertas cosas forma parte de un proceso natural en el que encontramos el conocimiento, las herramientas, y la confianza necesarias para avanzar, en contraste con esta cultura académica que como bien lo expresa Brené Brown, investigadora y divulgadora, tiene a la dureza, y en específico la pedantería como forma de protección: “Mientras ser llamada pedante puede considerarse como un insulto en la mayoría de los contextos, en la torre de marfil nos han enseñado a llevar esta etiqueta como si fuera una protección.” (2012, versión electrónica, Trad. propia).
Estoy escribiendo este post, de hecho, durante un sprint de escritura colectivo. Después de la pausa de verano, y con las millones de cosas de las que se nutre el día a día, me ha costado retomar mi hábito de escribir. De hecho, notarás que hay un bache en mis publicaciones entre el inicio del verano y ahora. Y es gracias a haberme puesto una cita, compartirla, y llegar a la cita, que estoy siendo capaz de retomar esta escritura que por cierto, aunque me cueste al inicio, una vez gano tracción, lo disfruto enormemente. La gratitud de contar con este espacio es infinita.
¿Qué aporta el compartir nuestro proceso de trabajo?
Aquí te cuento algunas de las ventajas de abrir nuestro proceso de trabajo en un espacio seguro y de intercambio:
- Nos da un punto de partida cuando nos bloqueamos y paramos en seco.
- Nos hace ver la gran diversidad de maneras de hacer y solucionar las cosas, porque se comparten soluciones muy específicas a obstáculos, y retos. Por ejemplo “yo mapeé tal y cual, y de ahí encajé un mapa en cada sección del texto”, o “hice cajitas para cada sección y luego ensamblé las piezas de texto que tenía repartidas en diferentes secciones”, o “dejé descansar el texto y me puse a la mañana siguiente”.
- Sacamos a la luz lo que nos avergüenza porque nos damos cuenta de que es mucho más común de lo que creemos, y esto tiene el poder de transformar nuestra percepción de nuestras capacidades y las exigencias que nos imponemos.
- Nos hace ser conscientes de que muchas de nuestras dificultades y del tipo de expectativa que se tiene de nuestro trabajo tienen causas estructurales, es decir, tienen que ver con las lógicas que guían el funcionamiento de nuestros contextos de vida/instituciones, y que las atraviesan las relaciones de poder.
- Nos hace ver la realidad del proceso de trabajo que hay detrás de los resultados que leemos o escuchamos (en papers, tesis, libros e ideas de gente que admiramos). Es decir que desmitificamos.
- Porque cuando el énfasis está en tomar distancia con respecto a nuestra autoexigencia, hay apoyo grupal, y a todxs nos pasan cosas parecidas, terminamos siendo capaces de reírnos a carcajadas de cosas que nos pasan que normalmente tendrían un carácter de gravedad.
- Porque así tenemos una imagen/modelo de personas que han tenido estas dificultades, sí, pero también de personas que han superado esos obstáculos, cuando pensaban que era imposible. En nuestra comunidad, cada vez que alguien entrega un capítulo, la tesis, un artículo, o logra superar un reto grande, se celebra, y es una muestra de que sí se puede.
¿Qué dicen las integrantes de esta comunidad?
Y… ¿cómo se vive esto en la práctica? Por ejemplo:
“Hola chicos! Me alegra mucho la existencia de esta comunidad. Me he sentido muy sola en mi proceso de escritura y poder tener la motivación grupal me parece maravilloso. Soy Colombiana, vivo en Barcelona y estoy escribiendo dos artículos científicos sobre mi tesis doctoral en conservación del jaguar en territorios de pueblos indígenas. Saludos a todos!” (Mariana, Doctoranda en biología)
“Muchas Gracias G1. y G2. por compartir! El sentido de comunidad abriga más que cualquier otra cosa. Enhorabuena a ambas por los avances y, sobre todo, por añadir cuidados al camino! ❤️❤️” (Doctoranda en Sociología)
“Gracias Nadia! Por la enhorabuena y por tu apoyo en todo el proceso y también a toda la comunidad y en particular a G. que me sufrió en las horas más bajas 😅 Ya soy doctor, sí se puede!” (Doctor en Sociología)
“Para mi es importante formar parte de esta comunidad de escritura porque entiende perfectamente por lo que estoy pasando, compartimos inquietudes pero, sobre todo, ánimos y siento que nos vamos motivando entre nosotras. Para mi, un proceso tan complicado como es la escritura de la tesis, es mucho mejor en compañia. Además, entre todas hemos formado un espacio seguro en el que nuestra facilitadora fomenta el respeto, la escucha y tratarnos bien sobre todo a nosotras mismas. Lo valoro mucho. Os doy las gracias a toda la comunidad y a ti Nadia❤️❤️❤️. Lo vamos a lograr!!” (Doctoranda en Sociología)
“Para mí, esta comunidad es una red de apoyo mútuo entre personas (todas mujeres!) que están pasando por lo mismo, osea procesos de escritura académica y de organización del trabajo personal. La comunidad me permite compartir herramientas de trabajo (ejemplo los pomodoros), tener un apoyo emocional y de cuidado cuando tenemos altos y bajos de ánimos, sostener colectivamente objetivos individuales de trabajo. Y personalmente me gusta que sea una red internacional, podemos, al margen, compartir idiomas, referencias etc…” (Doctoranda en Arquitectura interdisciplinar)
“Mi experiencia en los C&E es muy gratificante. Me ayudan a tener claridad mental y dotarse de herramientas útiles en mi día a día; es como un momento de “parar” y reflexionar si tiene sentido lo que hago, a replantearme hacia dónde voy o hacia donde me gustaría (intentar que se alinea lo laboral/personal); Y también saber y conocer mis límites. Los C&E y los pomos (tengo que reconocer que era muy reticente al inicio… ), me ayudan a no estar sola, estar junto con compañeras/xs y apoyarnos mutuamente. No me acostumbraba al método de los pomos y ahora estoy enganchada! 😄 Que vaya muy bien!” (Post-doc en Estudios de migraciones)
“Este viernes teletrabajo y no me puedo unir. Quiero compartir que estoy encantada con este grupo e impresionada de lo mucho que me ha ayudado a centrarme y avanzar en las escasas semanas que llevo con vosotr@s.” (Emprendedora, psicóloga y profesora de yoga).
“Nadia y chicas feliz año! Feliz de saber que esta hermosa comunidad -que no solo me impulsa a escribir sino que también me empodera- va a estar en el 2022. Brindo porque todas podamos estamos y seguiremos concretando nuestros proyectos y construyendo y reforzando nuestra seguridad y confianza. Gracias gracias” (Master en Derecho y Migraciones)
“R: Hola hola!!! Quiero contarles que tras cinco largos años de lucha y montañas rusas emocionales…. Y de un mes y medio en el que el final parecía imposible…. AYER ENTREGUÉ MI TESIS DOCTORAL… ❤️ Es un logro que le debe muchísimo a esta comunidad y por ello quiero hacerlo parte de ustedes… Especialmente las callaescriberas que me escucharon mis angustias y emociones… Y con Nadia, que me acogió cuando no sabía ni dónde estaba parada… Un abrazo enorme para todas!!! Y mucho ánimo!!! Que se puede ❤️❤️❤️❤️
A: Felicidades, R!! Que bonita esta comunidad de trabajadoras insaciables que se dan apoyo! Alegra y motiva saber que hay un fin a este túnel de la tesis!!
I: Enhorabuena, R! Qué maravilla de vibras nos mandas! Te mandamos toda esa buena onda de vuelta!
V: Enhorabuena R! Gracias por compartirlo, me inspiráis mucho todas!!”
(Doctora en Antropología Social)
Escribir y ser más felices haciéndolo
Es tremendo pensar que este aislamiento en la producción investigadora es uno de los factores que más afectan nuestro bienestar, y claro que me incluyo. Esta es una “investigación in progress”, así que dejaré la discusión de la literatura para más adelante y probablemente otros formatos, no este blog precisamente. Lo traigo a colación para ir cerrando porque la importancia de la comunidad no tiene sólo que ver con ser “productivas” (no me gusta la palabra nada), sino con vivir el proceso de trabajo disfrutando más.
El objetivo de todo esto —de este blog, de mi trabajo, de Mind Academia—, es que podamos disfrutar y vivir con bienestar nuestro día a día de trabajo como gente que investiga y da forma a ideas y propuestas a través de la escritura (y la lectura y la conversación, también).
Es una tarea exigente y compleja, y el conectarnos con otras personas en este proceso, en este quehacer imperfecto y lleno de baches, pero también de muchas luces, es un paso potente para superar la vergüenza y la competitividad por recursos escasos —financiación, pero también el respeto y el reconocimiento de nuestro valor y del valor nuestro trabajo— que tanto domina la cultura laboral de nuestras universidades.
¿Podemos imaginarnos trasladar un modelo de comunidad de práctica a cada vez más espacios de trabajo en nuestras universidades, como manera de aterrizar esta aspiración de colaboración que tanto se enuncia?
Textos citados
Brown, Brené (2012). Daring Greatly. How the courage to be vulnerable transforms the way we live, love, parent, and lead. USA, Gotham Books.