Foto de Ostap Senyuk.

Si sigues este blog, te habrás dado cuenta ya de que hago apología del descanso en Mind Academia. Con esta entrada ya van tres donde repito como un mantra: ¡a descansar, a descansar, a descansar!

Por experiencia, sé que nunca es demasiado insistir a las personas con las que trabajo que dejar reposar el cerebro es tan importante como comer e hidratarse. ¿Verdad que vemos como algo natural que nuestras piernas necesiten descanso y cuidados después de una maratón? Pues lo mismo pasa con ese amado órgano, que no lo vemos, pero ahí está.

Esta es la última entrada antes de un buen parón de descanso para recargar la pila de este año tan raro, intenso, y exigente. Está especialmente dedicada a ti, que sabes que deberías descansar, pero no te lo permites del todo: planeaste parar solo un par de fines de semana “largos”, o te llevas un libro de teoría para leer en la playa, o viajas con el ordenador. 

Hace aproximadamente un año escribí sobre el descanso y lo que nos podría estar impidiendo hacer lo que para personas en otros trabajos parece tan fácil: dejarlo todo atrás durante las semanas de vacaciones que legalmente corresponden en tu país, y listo. Chao, adiós.

Si pinchas aquí, verás un video donde discuto 5 factores que impiden sentir que te puedes permitir ese descanso, y ejercicios prácticos para ir gestionando esta situación (recordatorio: con que hagas un ejercicio, ya estarás acercándote hacia algún lugar mejor). No se ve el link, pero pincha en “aquí”, y llegas. 

Ahora, un año después, quiero compartir los patrones que veo en la gente con la que trabajo. Los reconozco bien porque yo también pasé por ahí, durante la tesis o cuando tenía artículos por acabar. Y como me sigo dedicando a la investigación, todavía tengo que gestionar mi tendencia a no desprenderme del trabajo porque me la paso genial y porque en investigación, una puerta lleva a otra puerta y a otra, y a otra. Placer y pesadilla a la vez. 

En el video de abajo hablo de estos patrones, y tres cosas que puedes probar para gestionar mejor esto de los descansos y las vacaciones. Te dejo con la reflexión de que las estrategias que usas actualmente están muy seguramente dirigidas a protegerte de una u otra manera. La idea es pensar en los resultados que obtienes con esas estrategias y ser consciente de si están adaptadas a lo que realmente necesitas para vivir bien (con tu definición de “bien”). 

Comparte este video si te resultó útil. 

¡Nos vemos en septiembre!