¿Te has dado cuenta de que nos cuesta cantidades sacar tiempo para las cosas que no son urgentes o nos intimidan?
Aunque esto siempre ha sido así, tengo la sensación de que esto se ha hecho más evidente aún en estos días de encierro.
Muchas y muchos arrancamos hace más de un mes pensando que nos iba a sobrar el tiempo para otras cosas, las importantes (y no sólo las urgentes, o las obligatorias). En cierta forma, esa posibilidad está ahí, sobre todo en el caso de las personas que no tienen otras a su cargo.
Pero lo que está ocurriendo en el caso de las personas que podemos trabajar conectados a Internet, es que estamos trabajando más que nunca, en nuestros temas profesionales pero también cubriendo el trabajo que mantener una casa en buenas condiciones requiere.
Como el tener tiempo nunca llega, hay que crear ese tiempo. A empujones y defendiéndolo a capa y espada si es necesario.
Por otro lado, la incertidumbre, noto, nos tiene en un modo introspectivo y reflexivo. Ahora es un buen momento para pasar de la reflexión y la ansiedad frente a lo desconocido a la acción, o a la preparación para la acción. Te invito a regalarte 45 minutos, para hacer un ejercicio de reflexión y escritura que tiene como objetivo re-encontrar el sentido vital, el para qué de todo esto, en esta crisis mundial que no es sólo sanitaria, económica, social, etc., sino que es una crisis que hace que lo normal sea ya otra cosa.
Este es un buen momento para cuestionarnos lo que significa la “vuelta a la normalidad” que estamos oyendo constantemente. Esta reflexión y la concreción que se genera al escribir las ideas, hace que actuemos con más consciencia no sólo del por qué sino del impacto que puede tener nuestra acción o inacción.
Ya hicimos en vivo y en directo este ejercicio con un grupo de personas, trabajadores independientes e investigadores, y el resultado fue súper positivo.
Abajo tienes el ejercicio que podrás hacer en tiempo real. Vas a necesitar dónde y con qué escribir (en papel o digitalmente), y tener a la mano el calendario o lo que sea donde te marques las tareas diarias o los objetivos vitales.
Toma un bolígrafo y papel (para el caso de los amantes del Bullet Journal), o incluso un Excel si es con lo que te sientes cómodo, apaga el internet del móvil, y disfruta del viaje.
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