Las sesiones de Calla y Escribe no se basan sólo en metodologías para la escritura. También son importantes el cuidado de las personas, de sus aspiraciones y de sus proyectos. La base de la metodología que aplico durante estas sesiones grupales es, como ya lo mencioné en el post que inauguraba este blog, el resultado de todo lo aprendido desde pequeña en el colegio –un colegio ultra-disciplinado y enfocado en los métodos, en el que me enseñaron a escribir disertaciones desde los 16 años–, más todos esos años de aprendizaje durante la universidad y sobre todo durante el doctorado.

Fueron auto-aprendizajes, claro, porque siempre hay una dosis de ensayo y error. Pero también, y sobre todo, fueron aprendizajes de/con otras personas que también habían desarrollado sus propios sistemas, o que se habían tomado la molestia de innovar en sus metodologías de enseñanza, aprendizaje, y escritura. Una de ellas es Annette Markham, profesora en la Universidad de Aarhus y con la que experimenté por primera vez técnicas en grupo para desatascar la escritura, y sobre todo la escritura sobre temas que se salieran de nuestras camisas de fuerza institucionales. Estos encuentros se llamaron el Instituto de Skagen o Skagen Institute.

Las sesiones de Calla y Escribe son el resultado de meses y meses de ensayos y adaptaciones de todas estas cosas que aprendí. El lugar donde pulí la metodología que uso en la actualidad y que se sigue nutriendo de nuevos experimentos es el itdUPM, un centro de innovación en el corazón de una de las universidades más tradicionales de España, la Universidad Politécnica de Madrid.

En las sesiones que aun desarrollo, tanto ahí como fuera de la universidad, hay algo más que métodos para la planificación de objetivos, o la escritura. El cuidado de las personas que ahí están, el cuidado de sus proyectos, y del tiempo que requieren todos estas cosas importantes aunque no urgentes,  es un elemento importante en lo que estaba pasando ahí. En este post lo explico con todo el detalle.

Collage por Cecilia López.